Volvía a tocar partida con los estupendos Pescapistas, que le hacen total justicia la nombre, porque otra cosa no, pero lo que son los acertijos y puzles se les da genial. Y es que nada más empezar el juego se nota la fluidez con la que juegan, complementándose estupendamente el uno con el otro.
Aquí el que escribe tuvo ocasión de irse dividiendo, alternando unas veces con Daniela y otras con Rubén, jugando a menudo en paralelo cuando veíamos que había faena. Fue un gustazo lo fluida que fue toda la partida, con muy pocos momentos de atasco. Jugamos calmado, y eso se notó en el desempeño. De hecho, tampoco podía uno despistarse mucho porque sino la prueba estaba ya resuelta 😂.
¡Tanto fue así, que sin darnos cuenta llegamos súper rápido a un final que nos sorprendió y nos moló mucho! De las mejores cosas de la sala y que hacen que uno salga con un buenísimo sabor de boca. Y decimos sin darnos cuenta porque en apenas 45 minutos habíamos terminado el juego, ¡de un total de 70! Y eso que tiene una dificultad media-alta. ¡Si es que a los Pescas no hay prueba que se les resista!